sábado, 19 de marzo de 2016

Nuestra noche



Llegó el sol, no lo vimos cuando estaba por salir.
¿Cómo fue? ¿el tiempo se perdió lejos de aquí?
Si empezó como un beso y un poco de sal.
Es esta noche la que me enemoró de ti.

Nuestra noche, esa que ya no olvidaré.
Se perdió en el tiempo que dejamos de contar.
Ya lo sabía yo, la química nos superó.
Me dejé el alma en ese peculiar corazón.


Nuestra noche, ¿Podrian ser dos? ¿Una eternidad?
Un baile de pasión en el que no hay control.
Entre tus brazos que siempre tuviste ese don.
El de este amor sin condición.

Ese maratón que nos fundió en uno partiendo de dos.
Se nos fue el tiempo y a mi mucho me enseñó.
Caí en ese amor, ese calor y esas ganas de superación.
Baile sin control, sexo con pasión.


Fue una maravilla que deberían estudiar.
No hay freno, si vamos cuesta abajo, que nos pare.
Es imposible de parar lo que se veía llegar.
No lo llegue ni a intentar, solo quiero no salir jamás.

Nuestra noche una vez más, ya no la quiero abandonar.
Llega el sol para decirnos que hay que volver.
A esta vida anodina de gente sin nada de fe.
Pero en la noche a esos brazos debo volver.


Son los únicos que realmente ame.
En esa piel es donde me dejo todo este ser.
Allí, paraísos de pasión y un poco de azúcar para sonreír.
Para ser feliz y que nadie lo pueda derribar.

Nuestra noche y las que deban de llegar.
Las que queramos en realidad si forjamos algo especial.
Como tiempo atrás, el amante siempre volverá.
Pequeña, precioso diamante, de verdad no lo hay igual.


Nuestra noche y nuestra eternidad.
Hacia donde podamos caminar, agarrados sin frenar.
En pasiones desenfrenadas nada más.
La envidia del lugar, tranquila que todo debe llegar.

Nuestra noche, nuestro amanecer.
El nos dice que aún podemos dormitar.
Abrazados entre el calor que te puedo dar.
Ahora, no dejes de decirme al oído lo que deseas.


Estoy aquí para ti, solo para ti y por ti nada más.
Me dejaré este alma especial en bañarte de pasiones sin control.
En la vida me dejaré la garganta en decirte lo que te amo en realidad.
Eso nunca te debe faltar, para ese ángel que sabe hacerme volar.


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