miércoles, 20 de enero de 2016

Hoy no hay nada que pildorear


Hoy no hay nada que píldorear… 

Parece ser que la vida vuelve a golpear.

Pero esta vez lo se esquivar, aprendí de los mejores del lugar.

Dicen que muchas cosas malas suelen llegar, deberé creer esta verdad.



Ahora mi vida golpea en el hogar que me vio nacer.

Ahora el miedo entro en esos muros y no me deja ser.



No hay mucho que píldorear, el tiempo que perdí nada más.

El tiempo perdido en ese hogar en el que se reza en verdad.

Ahora el mal no viene del corazón, viene de un posible más allá.



¿Estuve perdido por años y no me llegue a enterar?

¿Fui tan tonto en realidad o era parte de un rencor que no quise expresar?

Ahora ya no creo que pase nada, ahora que veo la verdad lo puedo solucionar.



Hoy solo quiero agradecer ver de nuevo la verdad.

Esta verdad que dejé años atrás.

Ahora es cuando estoy a tiempo de poderlo cambiar.



Hogar dulce hogar que nunca fue en realidad.

Pero no esperaba ya cerca un posible final.

Hoy mi píldora va para ese ser especial que puso parte de él para dejarme respirar.



Soy parte de él, parte de otro cónyuge más y hoy el miedo golpea ese hogar.

Mis lágrimas son por mi papa, uno que no podía esperar.

Un dolor que jamás llegue a desear.



Pongo la esperanza en algo que siempre suena mal.

Porcentajes que no siempre son de fiar.

Hoy mi corazón esta dolido como antes no lo pudo estar.



Mi fe y mis esperanzas acompañara a mi creador un poco más.

Se las prestaré porque se las debo prestar.

Hoy me propuse no mostrar esto en realidad.



Mi píldora especial, de las pocas que hablan abiertamente de mi en verdad.

Tenia que ser por este motivo y no por amar.

Tenia que ser para derramar una lágrima más.


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