domingo, 1 de noviembre de 2015

El mundo a mis pies



Voy con la cabeza bien alta, al fin he conseguido ser una persona por la que sentirse orgullosa.

Cometí muchos errores y esos mismos son los que han hecho que hoy pueda decir ¡ME VOY A COMER EL MUNDO!

Tropecé mil veces con la misma piedra, y cuando por fin la aparté de mi camino, vi la vida de otra manera. Vi que la única barrera la ponía yo, que si quería algo no iba a caer del cielo, tenía que reaccionar y dejar de ver las oportunidades pasar.
Aprendí a diferenciar lo importante de lo secundario, evitando así tener caos mentales y preocupaciones innecesarias. Desde entonces estoy mucho más tranquila y feliz.


Es tremenda la satisfacción de poder alzar el puño al saber que estás cumpliendo tus metas y propósitos.
Alzo el puño por mí y por llegar a lo más alto al ritmo que yo me marco, y sinceramente, me está encantando este viaje.
Tengo muchos proyectos, muchos planes e ideas que llevar a cabo, y estoy deseando ponerme manos a la obra. Estoy llena de ilusión y motivación, al fin decido por mí.

Cuando somos pequeños nos cuesta mucho separarnos de papá y mamá por miedo a lo que pueda pasar, para que me entendáis mejor: cuando estamos aprendiendo a caminar. Pues he pasado de necesitar ese empujón para poder dar el primer paso, a ser la cabeza de un maratón.


Con esto lo que vengo a decir es que si luchas por algo, que sea porque tú realmente quieres, que no decidan por ti ni te dejes llevar por lo que puedan decirte.

Si el camino parece duro, mira bien que no tengas una piedra en el zapato y... ¡SÁCALA! 
Los comentarios negativos que te entren por una oreja y salgan por la otra, no evitarán que toques la cima de la montañita que poco a poco vas creando.

Tienes una parte de ti que puede con todo lo que se proponga, no la dejes encerrada.


© Cristina Jovellanos

@CristinaJBlog 

Fuente: http://cristinajovellanos.blogspot.com.es/2015/09/el-mundo-mis-pies.html

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