domingo, 29 de noviembre de 2015

Despertar…despertar…despertar…

Empezó como ese susurro que llegó flotando con el viento, se instaló en mi mente pero no sabia que era.


Para mi era como esa palabra que tienes en la punta de la lengua en la boca y no consigues sacarla.

Una sensación a la cual no podía ponerle letras, sabia que era una palabra. Sabia que quería decirme algo pero no estaba prestando la atención necesaria a aquello.

Seguía en ese mundo que no comprendía. Estaba caminando por calles que me eran conocidas pero allí no había nadie, lo juro allí estaba solo yo.

Al principio me pareció extraño, tal vez un poco ridículo pero allí estaba en aquella ciudad en la que nací solo. ¿donde había ido todo el mundo?.

Con el tiempo puedo decir que me acostumbré a esa soledad como algo más, la verdad es que por momentos empecé a adorar tener todo aquel espacio solo para mi.

¿El cielo?, mi cielo. ¿Podría ser así?, ¿Había fallecido tiempo atrás?. Pero yo jamás imaginé para mi un cielo que fuera una ciudad.



En mi mente cuando formo mi cielo ideal no era un espacio, es un momento en el tiempo que se sostiene y no tiene fin. Es ese abrazo de por la mañana, ese café nada más levantar con aquellas conversaciones que no puedo dejar de recordar.

Para mi el cielo es cuando tengo el cuerpo de mi amada piel con piel y puedo dejarme las caricias en el.

Ese es mi cielo, momentos sostenidos en el tiempo que no logró alejar ahora mismo.

Pero de pronto aquella palabra se formó en mi interior, no se como ni por qué pero de pronto aquel susurro se escuchó más claro.

“Despertar…despertar…despertar…”.

Era cíclico y no tenia un final, un bucle que cuando empezó a resonar en mi cabeza ya no lo puede parar y este paraíso por momentos es un infierno en el que arder.

¿Que me quería decir aquella voz?. Cuando comenzó a aclararse más intente afinar mi mente para poder reconocer aquella voz pero no lo lograba por mucho que lo llegara a intentar.

Allí estaba yo y mi acompañante la voz desconocida…”despertar…”. ¿Estaba soñando?, Tenia claro que aquel lugar no era real, ¿Como podía serlo si no había nadie más?.


Un día, un flash y un recuerdo. Aquella imagen que no me pude sacar de la mente nunca más. Esos ojos que me recordaban a alguien pero no los llegaba a recordar.

Sabia que aquella mirada era un faro dentro de este mundo onírico en el que un día caí, tal vez por cosas del azar.

Y me asaltó esta sensación, soledad. Por primera vez en todo este tiempo sentí el deseo de despertar, sentí el deseo de salir de este lugar.

Esos ojos que me daba un lugar en el que podía coger el calor necesario para poderme curar.

Como aquel arrebato que intentas frenar pero tu corazón lo acelera una vez más y le pone el ansia necesaria antes de que el tiempo te puede atrapar.

Una necesidad insaciable de despertar…

Me dejé de preguntar que era ese lugar, me dejé de preocupar por donde me tocó estar y pasé a preguntarme como podría escapar.

“despertar…despertar…despertar…”. Incansable, no para jamás.

Ahora, en este preciso momento me pregunto si mi eternidad será vagar por esta ciudad sin nadie que mirar, sin nada que sentir que no sea esta angustia que no me deja respirar.

Sigo aquí queriendo despertar pero ¿Como salir de un estado que no llego a comprender?.

¿Como salgo de aquí?.

Quiero despertar….

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