Miro al cielo y veo las caras de aquellos que dejé atrás, admiro las estrellas que un tiempo contigo soñe en poder observar. Vuelvo a creer en una vida maravillosa que podemos crear.
El recuedo de esa piel me devuelve un poco a lo que es amar, recuerdo el olor a hierba cortada cuando está por amanecer. El olor de ese café recién hecho que en la cama podemos tomar.
Un mundo fantástico en el que vivir.
Un mundo mágico donde nos podemos de nuevo conocer.
Te sigo a aquellos sueños que puedes tener, volemos juntos o planeemos en las brisas de abril. El color de un arco iris cuando me llegas a sonreír.
Persigo mis deseos en los colores que me dejas ver, pierdo la esperanza de volver a retener esos colores cuando no te puedo ver.
Pero este mundo es maravilloso si tu estás en él, allá donde estés. El recuerdo es algo que no puedo perder.
Busco caras amigas que me hagan retroceder, miro aquella luna que por un momento me robo mi poca fe y pienso que donde decidas estar recordarás lo que pude ser.
Un mundo fantástico pese a todo en el que te encontraré, los caminos de la vida a veces tienden a enderezar los errores y nos devuelven a lo que puede ser.
Tengo sueños en colores que jamás imaginé, como un ciego que antes no podía ver. Ahora quiero correr y encontrar mi propia forma de dibujar a este ser.
Si existo en este mundo es porque así debe ser, si tú estás lo maravilloso se transforma en una fantasía de un después.
Existes, existo y eso es lo único que debe valer.
Un mundo fantástico que puedo moldear para volver a creer, los colores que no puedo retener.
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