lunes, 2 de noviembre de 2015

Carta de un ser inmortal



La muerte me dejó plantado en el lugar que dejé de respirar.                                                                
El acero que me atravesó y que dolió de verdad.
Acabó con veinte años de guerras en las que pelear.

Todo se torno en oscuridad y mi corazón se llegó a parar.
Lo note, me ahogó y viví mi vida en un flash.
Lo normal, las historias de muerte que siempre escucharás.


Aquel túnel llegue a observar, pero algo me devolvió atrás.
Tarde tiempo en darme cuenta de que no moriría jamás.
Solo el paso del tiempo me lo llegó a mostrar.


Pero no se porque yo me quedé en este lugar.
Desperté donde mi último suspiro pude dar.
Hace más de dos siglos atrás la muerte me dejó plantado sin nada que explicar.


No llego a comprender que es lo que pudo pasar.
Me convertí en este ser inmortal.
Las canas jamás me alcanzarán.


Aún hoy conservo aquel aspecto original.
Las cicatrices desaparecen, vuelvo tiempo atrás.
Aburrido de este errante caminar, sin nada que buscar.


Vi envejecer a aquellos que amaba de verdad.
En brazos de aquella muerte que de mi se olvidó les vi viajar.
Mi corazón se apagó en el dolor y la soledad.


Sigo esperando que ella me venga a buscar.
Lo intenté, te lo puedo jurar. Partir de este lugar al más allá.
Use tantas formas de acercarme al segador que las llegué a olvidar.


Salté al vacío y volví de allí sin llegarme a dañar.
Me colgué de aquella viga que no me dejaba de llamar.
El gatillo apreté para mi cabeza hacer saltar.


Esas venas que me corté y la sangre que me llegó a salpicar.
Bajo las ruedas de un tren donde creí que llegaba mi final.
Aquí sigo y creo que será por la eternidad.


Siento de nuevo ese pesar, el paso de los años me atormentará.
Dejé de desear, olvidé amar y desee perecer cada día más.
Pero esta larga vida siempre te puede impresionar.


Esa mujer actual, la más bella que pude desear.
Ella despertó en mi una nueva curiosidad, algo que hizo reaccionar.
Me costó mucho tiempo decidir volver a la realidad.


Aquel primer beso en el que me sentí un ser mortal.
Ahora que vuelvo a sentir lo que es amar me aferro a la realidad.
Se que el tiempo al final me la arrebatará.


Aprendí a defenderme de ese pesar.
Los sueños han vuelto y espero que jamás me vuelvan a dejar.
Poder hacer feliz a alguien que me llega a desear.


Por un instante nada más admiré esa forma de amar.
Algo nuevo que me pueden enseñar, no lo creí cuando pudo pasar.
Y ahora me asalta lo que está por pasar.


Algún día la deberé contar la verdad.
Ella envejecerá y yo seguiré exactamente igual.
Pero en sus ojos veo lo bonito de este lugar.


Esta es mi verdad, no morir jamás.
La muerte de mi se llegó a olvidar.
Si algún día me conoces te lo podré contar.


Aprendí en estos siglos a narrar.
Expresar las cosas que deseo contar.
Se que te pudo encandilar.


Recuerda que cuando te vayas de aquí yo me debo de quedar.
Volver a mi soledad, no es algo que te pueda desear.
Te advierto que ser inmortal no es una forma bonita de jugar.


Soy un ser inmortal pero siento como los demás.
Inmortal y no se cuando esto se puede acabar.
Algún día escribiré mis andanzas para que las puedan recordar.


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