martes, 12 de abril de 2016

El laberinto





El laberinto que se creó.
Empezo con un ladrillo.
Luego se elevó.
Se crearon calles.
Por las que pasó.
Ese ser debil.
Ese que no era yo.


El laberinto de sentimientos.
No fluyeron en este son.
Olvidé el mapa en un cajón.
Busque la salida.
Ella no me buscó.
Llegue al su interior.
Tan profundo.

Tan alejado de todo.
La noche me atrapó.
En su interior.
Palpando busque una solución.
Pero el laberinto no me dejó.
Me llevó al centro.
Allí comencé.


De nuevo a creer.
En poder salir de su interior.
Laberinto de pasión.
De sensaciones y autocontrol.
¿Sigues dentro?
No se si entraste tras de mi.
Puede ser un sueño.

Es parte de mi miedo interior.
No lo muestro.
Puedo solo.
Nadie me creyó.
Préstame tu mapa.
De cuando saliste.
Si lo surcaste tiempo atrás.


Préstame esa mano.
Soy ese expedicionario.
Que busca en su interior.
Una salida al exterior.
El dolor, la dureza.
Las trampas que no supe saltar.
Sigo dentro, sigo aprendiendo.

A cada esquina.
Aprendo un nuevo camino.
Abro otro para ti.
Para que me puedas ver.
Crucemos este laberinto.
De la mano.
Podemos los dos.


Quedemos en el centro.
Donde empieza el dolor.
Desde allí partamos.
Hasta la salida.
Solo hay una.
Para los dos.
Aprendamos los dos.

El laberinto que se creó.
En este miedo interior.
Que intento dejar atrás.
Solo por los dos.
Para ti y para mi.
Un aprendizaje.
Que sea superior.


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