Esa inocencia tan
llamativa.
Que le da color a las
cosas.
Hay un brillo, llegó como
si tal cosa.
Estuve perdido, en lugares
sin cariño.
Ahora es todo sencillo.
Más sencillo que ayer.
Resbalé sobre un cristal
mojado.
Al correr, ¿Hacia donde?
La verdad en que no lo
se.
Ahora pido, suplico volver.
A ese ser puro que perdí.
A esos dolores que deseé.
Volver a la pureza otra
vez.
Prefiero eso, no lo dejé.
Ser un pequeño ser.
Engrandecerme por querer.
Elevarme y no caer.
Volar y no fallecer.
Volver a la inocencia
esta vez.
No me la arrebataron, me aferré.
La sostuve y la sé
contener.
Cosas que desee, ¿me
dañaron esta vez?
No lo creo, no lo quise
ver.
Mi inocencia, no la quise
dejar entrever.
Siempre hay quien
aprevechará.
Esa brecha que pueden
ver.
Pero no saben de esta
fortaleza.
La aprendí al navegar.
Desde la infancia a la
infamia.
Desde la pureza a la
maldad.
Un día me lo propuse.
Lo logré.
Guarde esta inocencia.
La encerré donde no la
puedan ver.
Para poderse aprovechar.
Es así, la llegué a ocultar.
Inocencia que amarrar.
No la dejé escapar.
No la dejé volar.
Nadie me la podrá robar.
La deseo en realidad.
Mi pureza, nadie la puede
desear.
Inocente pero sabiendo
analizar.
Ver lo que ocultan los
demás.
La guardaré en una caja
especial.
Tiraré esa llave al mar.
Si la quieres la tendrás
que ir a buscar.
Bucear al profundo
oceano.
Luchar contra lo
desconocido.
Para poderme atrapar.
Para no dejarme escapar.
Una vez y otra más.
¿Te enteraste ya?
Nadie me daño tanto en
verdad.
Mi dureza puede ser
genial.
No la puedo prestar sin
más.
Solo la regalaré a quien
sepa pelear.
Tal vez ya la entregué...
No hay comentarios:
Publicar un comentario