Gran día

Abrió el día el sol, entró por una rendija que dejé en las cortinas para poderme despertar.
Salté de la cama sin dudar, hacia el mejor día que podría atrapar.
Me dejé la piel al afeitarme sabiendo que tenia que estar presentable.
Recorrí los metros hasta el café, mi adorado amigo despertador.
Vestido de gala salí  hacia la calle a empezar este día especial.

No lo podía esperar. Nunca lo hubiera llegado a imaginar.
No lo vi en un sueño, no lo percibí al despertar, no lo pude imaginar.
No se como, ¿Porqué fue así nada más?

Acababa de conocer a esa persona que mi corazón hacia galopar.
Ni tan siquiera pude besar esos labios que no me dejaban descansar.
Esas caricias que deseaba en cada sueño que no podía dejar atrás.

¿Cómo fue? No creo que mereciera esto al despertar.
Si tarde media vida en poder el amor encontrar, ese sentimiento que nunca experimente.
Esas sensaciones que me contaban los demás, sobre si mismo y el amar.

Pero fue en un abrir y  cerrar de ojos, un segundo y todo acabó.
Estaba en flotando sobre mi mismo, sobre ese charco que nadie queria pisar.
Mi materia gris tocaba el frío suelo y aún lo podía notar.

Allí maldije a los cien demonios que me llevaron fuera de este lugar.
Que me arrastraron hacia la más absoluta oscuridad.
Allí planchado por ese autobus no supe al final lo que era ser amado de verdad.

Me quedé a ese paso de poderlo disfrutar.
Irme de este lugar experimentando algo que era una necesidad.
Trágica comedia, comedias de seres peculiares a amar.

Pensé que debía poder volver a atrás, empezar este día y poderme salvar.
Que las injusticias divinas a veces son imposibles de controlar.
¿Dónde esta ese lugar para poder raclamar?, aún me quedaba por experimentar.
¿Dios donde está? Quiero poder quejarme de la vida que me tocó llevar.
Pero el cielo deberá esperar, ese breve instante en el que me pueda recrear.

Siento la ira de los mil demonios que nadie quiere dejar escapar.
Por eso y por nada más me quedo en este sitio, solo para luchar.
Para poder mirar aquellos ojos una vez más.