jueves, 10 de marzo de 2016

El circo que monté



El circo, ese que nos montamos.
Crecieron los enanos.
Los animales se escaparon.
Dejaron a la vista el suelo destrozado.


¿Crees que no se puede ver?
El circo que montaste.
Ese que ahora puedes ver partir.
Porque todos vieron los funambulistas huir.

Por un tiempo funcionó.
Pero ese circo era solo para distraer.
Con payasos haciendo reír.
Con trapecistas del montón.


Pronto se vio que todo era una pantomima.
Que los juegos de manos se acaban.
Siempre se descubre el truco de los magos.
Solo hay que prestar atención.

Se descubrió, al ver el circo partir.
Dejando ese solar solo y sin hierba.
Desolación que es lo que había en el interior.
¿La notas? Pues ya sabes que hacer.


El circo ya se fue y solo quedas tú.
Esa persona, ese dolor, esta sensación.
Mejor si monto el mio propio.
Para que lo puedas ver y te llegues a divertir.

Te aseguro que no será para no vender entradas.
En la puerta estoy a la espera.
De que empiece el espectáculo.
Que nos podamos divertir.


Este circo cargado de animales exóticos.
No lo monté para ti.
Lo creé para mi, ¿Te enteras de una vez?
Creé un universo entero para mi disfrute.

Ahora solo queda que lo veas venir.
Que aquellos bellos deseos lleguen a él.
Bajo la carpa que una vez instalé.
Mi circo, el mio, aún vendo entradas.

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