miércoles, 18 de noviembre de 2015

Carta a mi doble personalidad.


¿Porqué me debes molestar?, estoy tranquilamente paseando de la mano de esa chica especial. Bella como una diosa y no la quiero soltar. ¿Te puedes callar?, no ves que persigo la felicidad.

Esa voz que empieza como un eco que resuena en mi interior, lleva tanto tiempo a mi alrededor que no logro recordar como empezó. Mi doble personalidad que quiere tomar el control de mis sentidos y hacer las cosas de las que yo no soy capaz.

¿Tienes algo bueno que aportar?, ves el momento en que capturo un segundo de felicidad y tienes que volver para molestar.

Mi doble personalidad, no se parece a mi en mis formas ni en las cosas que puedo opinar. Es otro ser que sale de dentro, ese lugar que debí de crear cuando me perdí en la oscuridad.

La escucho y me quiere controlar, lucho porque el control no pueda tomar. Ese no soy yo, es un ser que es deleznable y sabe donde puede dañar.



Paseo por la calle y a veces no lo puedo remediar, le debo contestar. Se que me miran porque soy un chiflado más, pero el mundo está lleno de aquellos que hablamos en soledad.

Esta carta es para él, esa personalidad que no consigo alejar. Tiene otro nombre y otras formas de actuar que no puedo controlar. Permíteme la licencia de poderme expresar, decirle aquello que no puedo soportar.


“Querida y odiada personalidad,
en algún momento necesité de ti. Sé que tu quieres que actúe como debe ser. Lo sé, pero cuando tomas el control no soporto esas aptitudes que puedo ver.
Yo solo tengo en mi corazón el bien y tú eres ese demonio que no puedo exorcizar. Buscas provocar incluso con agresión verbal.
Vas por la vida con esa chulería que no puedo soportar, siempre huí de aquellos que caminan así por este lugar. Vas a acabar con nosotros cuando te enfrentes a alguien que te llegue a superar.
Peleas de bar que te gusta empezar, borracheras donde yo me llego a olvidar dentro una vez más. ¿Porqué tienes que seguir atacando?, ¿no hay nada que quieras de verdad?.
Apagas los sentimientos tan buenos que conseguí retener y los conviertes en el veneno que nos puede matar.
Ni con esas píldoras que me puedo tomar consigo retener tu personalidad. ¡Déjame en paz!.
Si no puedo acabar contigo te tendré que intentar apresar en los buenos sentimientos que quiero para este loco de atar.
Deseo respirar, poder pasear de la mano de una buena chica y no perderme en los deseos oscuros que no me dejas de mostrar.
Ella es una chica especial y no te permitiré que la llegues a dañar.
Me costó tanto encontrar algo que parece amor real. Al final tu te encargarás de acabar con ello y que no vuelva más.
Maldita doble personalidad, aún me pregunto como es que me llegaste a encontrar. ¿Fue en el dolor de la soledad?.
Empecé a hablar contigo porque tenia una necesidad pero siempre supuse que al llegar lo bueno te volverías a ocultar. Que pobre iluso soy, ya no te puedo echar.
Calla, calla y deja me en paz, no te deseo en mi vida ni un segundo más.
Siento esa necesidad de destrozarte y no se si esta es una aptitud que tu me llegaste a aportar.
Me estas cambiando y eso no lo puedo controlar, Tal vez retuve la ira demasiado tiempo y me llegó ahogar. Como ese agua vital te dio vida y no la puedo apartar.
Por favor te suplico una vez más, déjame en paz.”


Ahora cuando estoy de nuevo en la soledad dialogo con ella de nuevo pero al final ella controla los actos que en la noche llego a realizar.

No quiero que nadie pueda ver las locuras que este ser puede realizar, intento atarme a los pies de mi cama para poderlo controlar.

Te voy a expulsar como a ese demonio al que hay que hacer arder en la eternidad. Voy a desalojarte de esta casa que cuido para poderme perdonar.

Alejarme de este lugar que haces tuyo cuando la noche nos cubre y vuelve la soledad.

Mi doble personalidad, aquella que no puedo controlar. Por un tiempo fue una necesidad pero ahora que tengo la felicidad la quiero lejos de ella para que no la pueda ensuciar.

¿Como lo voy a hacer?, esta es la pregunta del millón.

Vamos que esto tiene que tener un final, en las medicinas no siempre lo puedo ocultar porque ellas mismo me anestesian y no puedo ser ese que quiero idolatrar.

Al final de la lucha lo que tenga que ser será. 

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