martes, 8 de marzo de 2016

Mi local


 Aquel local, oscuro de verdad.
La trompeta no deja de llorar.
Expresa dolor.
Lo siento al entrar.

Una copa, un cigarro.
Una noche más.
Mi local, oscuro.
Suena el jazz.


Aquella voz, melosa.
De una mujer oscura.
Habla del mal.
Del dolor.

Ella lo entiende.
Crea letras.
Para poderlo expresar.
El Groove no para.


Un ritmo, Swing.
Es lo que puedo sumar.
A esa melodía.
Esa letra de dolor.

De separación.
De amor que se escapó.
De maltrato.
De salvajes.


Apurando la copa.
Pidamos otra más.
Una para ella.
Regar esa voz.

Rasgada.
En el dolor.
En la pasión.
Jazz para llorar.


Groove sin freno.
Improvisando.
La batería no para.
Apoya ese dolor.

Un cigarro más.
Uno nada más.
Pero no me puedo escapar.
De esa voz.


Esos ojos hablan.
Triste de verdad.
No lo puedo soportar.
El jazz no deja de sonar.

Mi local.
Ella apareció.
Fue casual.
Allí me quedé yo.


Admirando esa soledad.
Amando en verdad.
Ella lo entiende.
Esa letra, habla de mi.

¿Habla de ella?
Una copa más.
El groove no puede parar.
Nunca debe frenar.

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